Por: Iván Jiménez
Hace algunas semanas me dio mucha satisfacción asistir a una taqueria… no solo porque los tacos estaban buenos, sino porque descubrí que los que ahí trabajan son generalistas-especialistas (GE, simplificando cariñosamente a esta maravilla de personas).
El hecho fue que estaba el “especialista” en picar la carne y hacer la magnífica labor de servir los tacos. En un momento tuvo que hacer una pausa biológica, por lo que se empezó a hacer una fila. La persona que estaba asignando lugares y cobrando, no tardó mucho en pasarse del lado “donde ocurre la magia” y empezó a picar y preparar los tacos que estaban pendientes. ¡Bravo! Eso es ser generalista-especialista.
Por otro lado, en una papelería al cual acudí gustoso (ya sabes, uno es ñoño y su playground principal son las papelerías de gran escala), estaba la chica del centro de impresión bien atareada, cobrando, haciendo facturas, imprimiendo y engargolando mientras cerca de ella, en el mostrador, 3 caballeros bien ocupados haciendo “nada”, esperando que los clientes llegaran a ellos. ¡Muy mal! Eso es ser solo especialista.
Y es que creo que sin importar lo que hagamos, debemos tener la voluntad e iniciativa de ser “cross-functional” y no limitarse a lo que te dijeron que debes hacer o por lo que te contrataron (si es el caso, claro, que a veces ni eso te dicen en la empresa).
El reto de las empresas
Y es una realidad que en algunas empresas es así, si te dejas, acabas siendo líder de proyecto / analista / tester / asistente de dirección y antropólogo. Esto es una mentalidad de explotación que merma la voluntad de hacer más y que deja a muchos limitados a lo que su perfil de puesto indica.
Las empresas deben promover a los GE en todos los niveles, para que los colaboradores se atrevan a romper la brecha de límite de actividades para pasar a ser proactivos, colaborar con personas de otros equipos y fomentar la empatía y camaradería.
Y también los jefazos, los dueños de los puestos más codiciados y mejor pagados deben de apoyar predicando con el ejemplo. ¿Cómo podría pedirle a mis colaboradores ser GE si no tengo la empatía y voluntad de ayudar a la gente que está en las trincheras de los proyectos? ¿Cómo puedo atreverme a exigirle a las personas que sean GE si ni siquiera conozco sus nombres ni tengo el fino detalle de saludarlos cuando los veo en los pasillos?
El reto de las personas
Algunos piensan que la proactividad es peligrosa, porque creen que si los ven haciendo más cosas de las que deberían después los van a agarrar de multifuncional. Debemos asumir el compromiso con nuestro círculo de personas de ser GE, proactivo, apoyar a los demás y pedir su apoyo.
Y es que los rockstars en las empresas están condenados a desaparecer. Cada vez más personas se dedican a divulgar conocimiento de forma gratuita, abierta y accesible. La tecnología avanza y las transformaciones en las empresas también, sacando a la luz aquellos perezosos que se encubren en burocracia, complejo De Dios, trincheras, entre otras zonas de caos.
Necesitas ver el valor que tienes en tu equipo de trabajo, en la empresa en la cual trabajas, y celebrar en conjunto a esos héroes anónimos que a veces se rifan bien duro la misión de apoyar a sus semejantes, sin esperar algo a cambio, y que lamentablemente son, efectivamente, anónimos… que solo son ubicados cuando algo sale mal, pero lo bueno, eso no se cuenta… porque no cuenta mucho (eso se dice en empresas 1.0, nefastas y anticuadas).
Así que yo te reto, lector@, a cambiar el ambiente y contexto del lugar donde te desempeñas profesionalmente, para hacerlo más colaborativo, empático, productivo y amable. Es parte de tu responsabilidad diseñar el ambiente de trabajo que mereces.
En ti está dejar de ser GI (Genérico Intercambiable) y pasa a ser GE (genial y espontáneo… ehm, bueno, Generalista Especialista).
¡Larga vida a la agilidad!