Por: Iván Jiménez @Ivanni_Simons

Varias empresas tienen, o están descubriendo que requieren, un Agile Coach que los acompañe en una implementación (o idealmente,  transformación) ágil. Y es que no es suficiente con tomar un curso para poder aplicar bien la agilidad, se necesita alguien que te ayude a aplicarlo de la mejor forma posible.

En este post quiero desmitificar el concepto del Agile Coach, que muchos dicen serlo, conocerlo o tenerlo en el interior de sus empresas y/o proyectos. Algunos lo tienen.. pero muchos otros NO.

Lo que SÍ es un Agile Coach

Como el concepto lo dice, un Agile Coach es un profesional que da apoyo a los equipos de trabajo que están cerca de ella para que no solamente sepan aplicar la agilidad en sus proyectos, sino que también las personas puedan mejorar sus soft skills hacia sus equipos.

Es una apasionada por la agilidad. Puede haber Scrum Coaches, Kanban Coaches pero el conocimiento y dinamismo del Agile Coach debe permitirle adaptar los diferentes sabores ágiles a las necesidades de los proyectos y de los equipos.

Conoce el papel de las personas que participan en los equipos y es empática con ellos. Se sabe poner en el papel de cada rol del equipo y entiende su perspectiva, manteniendo la neutralidad y dando feedback individual y colectivo al equipo de proyecto.

Propone alternativas y agiliza no solamente los proyectos sino las áreas y prácticas de las empresas. Ella sabe que las cosas que no ofrezcan valor a los clientes son un tipo de desperdicio, por lo que busca que los tiempos y talentos de las personas sean aprovechados de la mejor forma posible.

Es una Change Agent. Tiene que despertar la conciencia colectiva de los participantes de la transformación ágil, descubriendo junto con ellos la mejor forma de trabajo ágil y adaptando el modelo a las necesidades propias de la empresa. Porque un buen modelo ágil se hace en casa y a la medida del cliente (no son recetas de cocina “escalables”).

Rompe paradigmas y cuestiona siempre el por qué se hacen las cosas como se hacen actualmente. No se trata de ser disruptivo en el sentido de contradecir todo y romper cada proceso que se encuentra enfrente para imponer uno ágil. Parte de lo que el cliente tiene, pero agrega dosis de agilidad y prácticas orientadas en mejorar la manera en que se trabaja.

Aplica el estilo socrático de hacer preguntas. Tal vez ella conoce las respuestas, pero busca conocer más, indagar para encontrar más información e incluso buscar que su Coachee encuentre la respuesta.

Se mantiene en constante actualización, participando en comunidades de práctica en su país, en entrenamientos de agilidad y otras disciplinas.

Aplica la Agilidad a su vida. La filosofía ágil no es un gafete que te pones solo para ir a trabajar, es una forma de ver la vida que adoptas y que la haces parte de tu forma de interactuar con tu grupo de amigos, familiares y personas cercanas.

Lo que NO es un Agile Coach

Un Project Manager o Scrum Master que leyó tres libros, cuatro artículos, fue a dos Agile Nights y con eso se condecoró como Agile Coach. Definitivamente esto no es un Agile Coach, pero tal vez puede ser un excelente Scrum Master. La experiencia con proyectos ágiles y la aplicación práctica de otras formas de trabajo más allá de Scrum (¡NO TODO ES SCRUM!) es una buena forma de forjar y mantener a la persona en el camino del Agile Coach. Y para esto debe pasar tiempo en experiencias inmersivas en campo. El hecho que le haga sombra a otro Scrum Master no me va a convertir en un Scrum Master ni mucho menos en Agile Coach.

Aquel que se reúne con su amiga que es agile coach, y en una noche de copas y arrebato emocional resulta mordido por ella en el cuello y termina convirtiéndose en Agile Coach.

No es un poder más allá de la comprensión humana que se adquiere por contacto o por sumergirnos en una tina llena de hojas auto-adheribles. Es una disciplina, un enfoque de vida.

 

Aquel que la semana pasada estaba como desarrollador, el martes terminó su asignación y lo mandaron el jueves como Agile Coach con otro cliente. A muchas empresas de consultoría les fascina manejar este modelo. No logro entender por qué. Si, el dinero es importante, pero la reputación lo es más.

Un trabajo de freelance de 1 hora por semana… o al estar aburrido busco que mi empresa me permita estar de Coach para no aburrirme. Un trabajo de Coach es muy importante y complejo y dedicado. No a medias tintas.

Un rockstar inalcanzable, un pequeño Dios importado de otro país que se sabe todas las respuestas y que tus mortales, primitivas y simples respuestas están el 98% de las veces mal.

 

Es muy importante que un Agile Coach sepa recorrer el camino del guerrero (https://martinfowler.com/bliki/ShuHaRi.html). Y sin importar de qué rol o profesión viene, debe considerar que el camino del aprendizaje nunca termina y que, a su vez, también, debe tener un Coach que le permita ser mejor y seguirse actualizando. El lector podrá encontrar más características de un Agile Coach.

Como dice Lyssa Adkins en su libro Coaching Agile Teams (http://www.coachingagileteams.com) no importa de dónde hayas partido para tomar este camino, lo importante es que lo hagas bien, tengas paciencia y perseverancia, actitud, pasión por tu trabajo y una atención de servicio constante.

¿Elegiste el camino del Agile Coach? Te felicito. Es una experiencia maravillosa.